Los equipos Mac de Apple son reconocidos por su diseño elegante, su durabilidad y su alto rendimiento. Sin embargo, como cualquier dispositivo electrónico, no están exentos de sufrir fallas de hardware que pueden afectar su funcionamiento y, en algunos casos, poner en riesgo la información del usuario. Identificar estos problemas de forma rápida es fundamental para aplicar soluciones a tiempo y evitar daños mayores.
DISCO DURO O UNIDAD DE ESTADO SOLIDO (SSD)
Una de las fallas más comunes en equipos Mac es la relacionada con el disco duro o unidad de estado sólido (SSD). Los síntomas suelen incluir lentitud extrema al iniciar el sistema, errores al abrir archivos o la aparición de una carpeta con un signo de interrogación al encender el equipo. Esta última señal es clara evidencia de que el Mac no está detectando el sistema operativo, lo que puede deberse a un fallo del disco.
Diagnosticar una falla en el disco duro de una Mac puede marcar la diferencia entre salvar o perder información valiosa. Aunque muchas veces los síntomas comienzan de manera sutil, prestar atención a señales como lentitud inesperada, bloqueos frecuentes, archivos que no se abren o mensajes de error al intentar montar un volumen puede alertar al usuario de un posible fallo. Incluso ruidos inusuales, como clics repetitivos o zumbidos, pueden indicar un problema físico inminente en el disco.
Para realizar una primera verificación, la herramienta integrada “Utilidad de Discos” ofrece una solución rápida y accesible. Basta con abrirla, seleccionar el disco en cuestión y ejecutar “Primeros Auxilios”. Esta función analiza el sistema de archivos y, si detecta errores menores, los corrige automáticamente. No obstante, si los problemas persisten, se recomienda reiniciar la Mac en Modo Recuperación —presionando Command + R durante el arranque— para realizar el mismo procedimiento desde un entorno más seguro, donde el disco no esté activo.
Otra opción efectiva es utilizar Apple Diagnostics, que permite realizar un chequeo completo del hardware, incluyendo el disco duro. Se accede presionando la tecla D al encender la Mac, y al finalizar arroja un informe con posibles códigos de error que pueden dar pistas sobre fallas físicas. Si el diagnóstico indica problemas con códigos como “VFD002” o “VFD006”, es probable que el daño sea irreversible y se requiera reemplazo del disco.
Para quienes buscan mayor profundidad en el análisis, existen herramientas de terceros como DriveDx o Smart Utility que monitorean el estado SMART del disco y ofrecen información detallada sobre su salud. En cualquier caso, si se confirma una falla —ya sea a través de estos programas o desde la Utilidad de Discos— lo más importante es hacer un respaldo de inmediato. Usar Time Machine, clonar el disco con Carbon Copy Cloner o copiar manualmente los archivos esenciales puede evitar pérdidas mayores y facilitar una eventual migración a un nuevo disco.
MEMORIA RAM
Otra falla recurrente es la relacionada con la memoria RAM. Cuando hay problemas en este componente, el equipo puede presentar apagones inesperados, reinicios constantes, pantallas en negro o el característico sonido de error al arrancar. También es común que las aplicaciones se cierren solas o que el sistema se congele sin razón aparente. Un diagnóstico sencillo puede hacerse utilizando la herramienta Apple Diagnostics o Apple Hardware Test.
Si tu Mac se vuelve lento, los programas se cierran inesperadamente o aparece el aviso “Tu sistema se ha quedado sin memoria”, es momento de tomar medidas para liberar y optimizar el uso de la memoria RAM. Una de las formas más eficaces de empezar es cerrar las aplicaciones que no estés usando. Aunque no las veas, muchas se mantienen activas en segundo plano consumiendo recursos. Puedes cerrarlas desde el Dock o con el atajo Cmd + Q. Otra solución simple pero poderosa es reiniciar el sistema: esto limpia procesos residuales y libera memoria que no se cerró correctamente.
El Monitor de Actividad es una herramienta clave para entender qué está pasando. Se encuentra en Aplicaciones > Utilidades y te permite revisar en tiempo real qué aplicaciones están usando más memoria. Desde ahí también puedes forzar el cierre de procesos que están consumiendo demasiados recursos. Además, reducir los ítems de inicio es otra estrategia muy útil. Muchas aplicaciones se cargan automáticamente al arrancar tu Mac, ralentizando el sistema desde el inicio. Puedes desactivarlas desde Preferencias del sistema > Usuarios y grupos, seleccionando tu usuario y eliminando los ítems innecesarios.
También es recomendable ajustar algunas configuraciones visuales para reducir el uso de recursos. Desde Preferencias del sistema > Accesibilidad > Pantalla, puedes activar las opciones “Reducir transparencia” y “Reducir movimiento”, lo cual alivia la carga de la memoria gráfica y mejora el rendimiento general. Si tienes muchas aplicaciones que no usas con frecuencia, desinstalarlas puede marcar una gran diferencia, ya que cada app adicional añade procesos y consumo de RAM en segundo plano.
Cuida el uso que haces del navegador: tener muchas pestañas abiertas puede saturar la memoria rápidamente, sobre todo en Chrome o Safari. Cierra las que no necesites y considera usar extensiones que suspendan pestañas inactivas. Además, hacer limpieza regular de archivos temporales o caché —con herramientas como CleanMyMac o OnyX— ayuda a liberar espacio valioso. Y si tienes un Mac que permite ampliación de RAM, esa es una de las mejoras más efectivas que puedes hacer. Para los modelos con RAM soldada, es aún más importante mantener un buen manejo del sistema.
SOBRECALENTAMIENTO
El sobrecalentamiento es otro indicio clave de que algo no está funcionando bien a nivel de hardware. Si el equipo se calienta de manera excesiva, incluso cuando no está realizando tareas exigentes, podría tratarse de un fallo en los ventiladores o en el sistema de disipación térmica. Además, el ruido constante y fuerte del ventilador puede indicar un mal funcionamiento de estos componentes.
Si tu Mac se calienta más de lo normal, lo primero que debes hacer es revisar los procesos en segundo plano. Puedes abrir el Monitor de Actividad (Cmd + barra espaciadora y busca “Monitor de Actividad”) para ver qué aplicaciones están usando más CPU. Cierra aquellas que no necesitas en ese momento. También es importante cerrar pestañas del navegador y otras apps innecesarias, ya que tener demasiadas abiertas al mismo tiempo puede sobrecargar el sistema y elevar la temperatura.
Otro paso clave es mantener actualizado tanto el sistema operativo como las aplicaciones que usas frecuentemente. Muchas veces, el sobrecalentamiento es causado por errores de software que ya han sido corregidos en versiones más recientes. Además, reiniciar regularmente tu equipo puede ayudarte a cerrar procesos que se quedan activos en segundo plano y que afectan el rendimiento general del sistema.
La superficie donde usas tu Mac también influye. Evita colocar el equipo sobre camas, cojines o tus piernas, ya que esto impide la correcta ventilación. Lo ideal es usarlo sobre una superficie dura y plana. Si trabajas con tareas que demandan muchos recursos gráficos, como edición de video o videojuegos, considera ajustar la configuración visual para reducir la carga sobre la GPU. En Macs con tarjeta gráfica dedicada, puedes desactivar el cambio automático si no lo necesitas.
No olvides el mantenimiento físico. Con el tiempo, el polvo puede bloquear las salidas de aire. Si tu equipo ya tiene varios años, una limpieza interna profesional puede marcar la diferencia. También puedes ayudarte con un soporte con ventilador externo para mejorar la circulación de aire. En caso de persistir el problema, restablecer el SMC (en Macs con procesadores Intel) o ejecutar Apple Diagnostics puede ayudarte a detectar y corregir fallos más profundos en el hardware.
TARJETA GRAFICA
Los problemas en la tarjeta gráfica también suelen manifestarse con síntomas visuales como pantallas distorsionadas, líneas horizontales, píxeles muertos o bloqueos al ejecutar programas que requieren procesamiento gráfico. En algunos modelos de Mac, especialmente los más antiguos, la tarjeta gráfica está soldada a la placa base, por lo que una falla en este componente puede implicar reparaciones costosas.
Los problemas con la tarjeta gráfica en un Mac pueden manifestarse de varias formas, como pantallas que parpadean, colores distorsionados, bloqueos inesperados o un rendimiento general deficiente. Lo primero que se recomienda es reiniciar el sistema, ya que muchos fallos temporales se solucionan simplemente con un reinicio. También es útil asegurarse de que el sistema operativo esté completamente actualizado, ya que Apple frecuentemente lanza parches que corrigen errores de compatibilidad con hardware gráfico.
Si el problema persiste, es aconsejable restablecer la NVRAM y la SMC, dos tipos de memoria que controlan configuraciones básicas del sistema, incluida la gestión gráfica. Para restablecer la NVRAM, apaga el Mac y al encenderlo, mantén presionadas las teclas Option + Command + P + R durante aproximadamente 20 segundos. El procedimiento para restablecer la SMC varía según el modelo, por lo que es importante consultar las instrucciones específicas para tu equipo en la página oficial de soporte de Apple.
Otra solución es iniciar el Mac en modo seguro, lo que obliga al sistema a utilizar los controladores gráficos mínimos necesarios y puede ayudar a identificar si el problema está relacionado con software de terceros o extensiones conflictivas. Para iniciar en modo seguro, apaga el Mac y, al encenderlo, mantén presionada la tecla Shift. Si el problema desaparece en este modo, puede ser útil revisar las aplicaciones instaladas recientemente o utilizar la Utilidad de Discos para reparar errores en el disco.
Si ninguna de estas soluciones resuelve el problema, podría tratarse de una falla física en la tarjeta gráfica, especialmente si se trata de un modelo más antiguo o si el equipo ha estado expuesto a sobrecalentamiento. En estos casos, lo más recomendable es acudir a un centro de servicio autorizado de Apple para una evaluación más precisa. Intentar reparaciones sin conocimiento técnico puede empeorar la situación o invalidar la garantía del equipo.
PLACA LÓGICA
La placa lógica o placa base es uno de los elementos más críticos del equipo. Cuando presenta fallas, los síntomas pueden ser muy variados, desde que el Mac no encienda en absoluto hasta comportamientos erráticos, fallos de arranque o problemas de conexión con periféricos. Debido a su complejidad, es difícil de diagnosticar sin la asistencia de un técnico especializado.
Cuando una placa lógica de Mac presenta problemas, es crucial realizar un diagnóstico adecuado antes de intentar cualquier reparación. Lo primero es verificar si el problema está relacionado con el hardware o el software. Si el equipo muestra signos como arranques lentos, fallos en el arranque o pantallas en negro, podría tratarse de un mal funcionamiento de la placa lógica. Un reinicio de PRAM o SMC puede resolver problemas menores relacionados con el software, pero si el problema persiste, es recomendable llevar a cabo una revisión más profunda de los componentes internos.
En muchos casos, los problemas con la placa lógica se deben a conexiones flojas o daños en los componentes debido al desgaste o a golpes. Para solucionarlo, se debe abrir la carcasa de la Mac, asegurándose de contar con las herramientas adecuadas y precauciones de seguridad. Esto puede implicar verificar las conexiones de los cables flexibles, los módulos de memoria RAM, y otras piezas como la batería o los ventiladores. Si alguna de estas conexiones está dañada o mal conectada, reconectarla adecuadamente puede resolver el problema.
Si el problema es más complejo, como daños en los circuitos de la placa lógica, una solución podría ser reemplazar la pieza defectuosa. En casos graves de daño, como quemaduras o componentes rotos, la placa lógica debe ser reemplazada por una nueva o reacondicionada. Es importante destacar que la reparación de una placa lógica de Mac suele ser un proceso complicado, que requiere experiencia técnica y conocimientos avanzados en electrónica. Si no se cuenta con estas habilidades, lo mejor es acudir a un servicio técnico autorizado.
En algunos casos, si la reparación no es viable o resulta más costosa que la sustitución, se puede considerar la opción de reemplazar la placa lógica completa. Asegurarse de obtener piezas originales o de buena calidad es esencial para garantizar el correcto funcionamiento del dispositivo después de la reparación. En resumen, para solucionar problemas de la placa lógica de una Mac, es fundamental un diagnóstico adecuado y, dependiendo de la gravedad del daño, realizar reparaciones o reemplazos de manera profesional y cuidadosa.
BATERÍA
También es común que las fallas se presenten en la batería, sobre todo en equipos portátiles que han superado los 1000 ciclos de carga. Una batería dañada puede inflarse, apagarse de forma repentina o presentar niveles inestables de carga. macOS ofrece una herramienta integrada para verificar el estado de la batería en el menú de información del sistema, lo que permite al usuario detectar señales de advertencia tempranas.
Los problemas de batería en un Mac pueden ser causados por varios factores, desde configuraciones incorrectas hasta el desgaste natural de la batería. Lo primero que se debe hacer es comprobar el estado de la batería. En macOS, se puede acceder a esta información desde el menú de Apple, seleccionando “Acerca de este Mac” y luego “Informe del sistema”. Allí, en la sección “Energía”, se puede ver el número de ciclos de la batería y su condición general. Si la batería tiene una condición “Reemplazar pronto” o “Reemplazar ahora”, es posible que necesite ser cambiada.
En ocasiones, los problemas de duración de la batería pueden estar relacionados con el software o aplicaciones que consumen demasiados recursos. Para identificar qué aplicaciones están agotando la batería, se puede utilizar el “Monitor de actividad” de macOS. Este programa muestra los procesos que están utilizando más energía, lo que permite cerrarlos o hacer ajustes en la configuración de esas aplicaciones para mejorar el rendimiento de la batería. Además, cerrar programas innecesarios y reducir el brillo de la pantalla son prácticas sencillas que pueden extender la duración de la batería.
Otro paso útil es restablecer el sistema de gestión de la batería. Esto se puede hacer apagando el Mac, desconectando todos los dispositivos periféricos y dejando el equipo apagado durante unos minutos antes de encenderlo nuevamente. Este procedimiento puede ayudar a que el sistema de gestión de energía se reinicie y resuelva posibles fallos en el monitoreo de la batería. También se recomienda asegurarse de que el sistema operativo esté actualizado, ya que Apple frecuentemente lanza actualizaciones que mejoran la eficiencia energética.
Si después de seguir estos pasos el problema persiste, podría ser necesario llevar el Mac a un servicio técnico autorizado. Las baterías tienen una vida útil limitada y, después de cierto número de ciclos, pueden perder capacidad y eficiencia. En estos casos, un reemplazo de batería es la única solución viable. Es importante que el reemplazo lo realice un profesional para evitar daños en el dispositivo.
TECLADO Y TRACKPAD
El teclado y el trackpad, especialmente en modelos más recientes con mecanismos tipo mariposa, han sido objeto de numerosas quejas. Las teclas pueden dejar de responder o atascarse, y el trackpad puede volverse errático. Apple ha reconocido estos problemas en el pasado y, en algunos casos, ha ofrecido programas de reparación gratuitos para los equipos afectados.
Si tienes problemas con el teclado o el trackpad de tu Mac, lo primero que puedes intentar es reiniciar el equipo. A veces, un simple reinicio puede solucionar problemas temporales relacionados con el hardware, como fallos en la respuesta de las teclas o el trackpad. Para hacerlo, solo debes ir al menú de Apple en la esquina superior izquierda de la pantalla y seleccionar “Reiniciar”. Esto puede ayudar a resolver el inconveniente sin necesidad de realizar pasos más complejos.
Otro paso importante es verificar las conexiones si estás usando un teclado o trackpad externo. Asegúrate de que estén correctamente conectados, ya sea a través de Bluetooth o por cable USB. Además, es fundamental comprobar si las baterías del dispositivo son suficientes, ya que una batería baja puede afectar el funcionamiento del mismo. Si todo parece estar bien conectado y cargado, es posible que el problema esté en la configuración del sistema o en algún error interno del dispositivo.
Si las conexiones están correctas y el problema persiste, revisa la configuración del teclado y el trackpad en las Preferencias del Sistema. En la sección “Teclado” puedes ajustar parámetros como la velocidad de repetición de las teclas, y en la sección “Trackpad” puedes modificar la sensibilidad y configurar los gestos. Si el problema es más grave, puede que necesites restablecer el SMC o la PRAM/NVRAM de tu Mac, ya que estos controladores afectan diversas funciones del hardware. Puedes hacerlo apagando el Mac y presionando ciertas teclas para restablecer estas configuraciones.
PUERTOS Y CONECTORES
En cuanto a las fallas en puertos y conectores, pueden manifestarse como problemas para cargar el equipo, dificultades para reconocer dispositivos USB o mal funcionamiento del puerto de audio. Estos daños pueden deberse al uso constante, la acumulación de suciedad o incluso a una descarga eléctrica.
Los fallos en los puertos y conectores de una Mac pueden deberse a varios factores, como suciedad, daño físico o problemas de software. Para solucionar estos inconvenientes, lo primero es asegurarse de que no haya obstrucciones físicas en los puertos. El polvo y la suciedad pueden interferir con la conexión de los cables y dispositivos. Usar aire comprimido o un paño suave puede ayudar a limpiar suavemente el área y garantizar una conexión más segura.
Si el problema persiste, es recomendable verificar si los controladores y el software de tu Mac están actualizados. A veces, los puertos pueden no funcionar correctamente debido a incompatibilidades o fallos en el sistema operativo. Actualizar macOS a la última versión puede resolver problemas de conectividad causados por errores de software o controladores desactualizados.
En casos donde el daño es más severo, como un conector roto o un puerto que deja de funcionar por completo, la reparación o reemplazo de la pieza puede ser necesario. Esto puede implicar acudir a un centro autorizado de reparación de Apple o a un técnico especializado. Es importante recordar que intentar reparar estos componentes por cuenta propia puede invalidar la garantía, por lo que siempre es recomendable buscar ayuda profesional.
Por último, si los puertos no funcionan de manera intermitente o sólo con ciertos dispositivos, puede ser útil probar diferentes cables o dispositivos para descartar que el problema provenga de ellos. Asegúrate también de que el dispositivo esté correctamente conectado y de que esté recibiendo suficiente energía, especialmente en el caso de puertos USB o de carga.
Cuando los puertos de un Mac presentan fallos, es importante realizar un diagnóstico para determinar la causa exacta del problema. En muchos casos, los fallos en los puertos pueden deberse a un problema de hardware, como un puerto físico dañado o sucio. Si este es el caso, la solución puede requerir la limpieza del puerto o la reparación de la placa lógica si hay daños visibles. Además, el cable o dispositivo conectado también puede estar defectuoso, por lo que es recomendable probar con otros cables o dispositivos compatibles.
Una posible causa de fallo en los puertos de un Mac puede ser un problema relacionado con el software, como configuraciones incorrectas o un conflicto con el sistema operativo. En este caso, realizar una actualización del sistema operativo o restablecer la configuración de los puertos puede resolver el inconveniente. Si el problema persiste, un reinicio en modo seguro puede ayudar a detectar y corregir problemas relacionados con el software que afecten el funcionamiento de los puertos.
Los controladores de los puertos también juegan un papel fundamental en su funcionamiento. Si los controladores están desactualizados o dañados, esto puede provocar la desconexión o mal funcionamiento de los dispositivos conectados. Actualizar los controladores desde las preferencias del sistema o a través de las actualizaciones automáticas de Apple puede ser una solución eficiente. En algunos casos, la reinstalación de los controladores o incluso la reinstalación del sistema operativo completo puede ser necesaria para restaurar el funcionamiento adecuado.
Si las soluciones anteriores no resuelven el problema, es posible que sea necesario acudir a un servicio técnico especializado. Los fallos en los puertos pueden ser causados por fallos internos más complejos en la placa base o en los componentes eléctricos, que requieren herramientas especializadas para su diagnóstico y reparación. Acudir a un centro autorizado de Apple garantizará que el problema se solucione de manera efectiva y que se mantenga la garantía del dispositivo.
CAMARAS Y MICRÓFONOS
Los fallos en la cámara o micrófono también son frecuentes, sobre todo tras actualizaciones de sistema o caídas. Cuando estos componentes dejan de funcionar, se recomienda primero verificar si el problema es de software, pero si persiste, podría tratarse de un daño físico que requiere reemplazo.
Cuando los micrófonos y cámaras fallan en un Mac, lo primero que se debe hacer es revisar los permisos del sistema. Ve a “Preferencias del Sistema”, luego a “Seguridad y privacidad”, y en la pestaña de “Privacidad” asegúrate de que las aplicaciones que usas (como Zoom, FaceTime o Safari) tengan acceso permitido tanto a la cámara como al micrófono. A veces, después de una actualización del sistema operativo, estos permisos pueden restablecerse o cambiar, impidiendo que las apps funcionen correctamente.
Otra solución útil es reiniciar el Mac. Aunque suena básico, muchos errores menores del sistema se solucionan con un simple reinicio. También es importante verificar si el sistema operativo está actualizado, ya que Apple suele corregir errores de compatibilidad en versiones nuevas. Para hacerlo, dirígete a “Configuración del sistema” o “Preferencias del sistema”, selecciona “General” y luego “Actualización de software”. Instalar la última versión puede resolver conflictos entre hardware y software.
Si el problema persiste, conviene probar el funcionamiento del micrófono o cámara en diferentes aplicaciones. Por ejemplo, si no funciona en Zoom, prueba con QuickTime o Safari. Esto ayuda a identificar si el fallo está en una aplicación específica o si se trata de un problema más general. También es recomendable desconectar accesorios externos y reiniciar el equipo, en caso de que algún dispositivo conectado esté interfiriendo con el funcionamiento del sistema de audio o video.
El uso de la herramienta “Configuración de Audio MIDI” y la “Utilidad de Discos” puede ser útil para revisar configuraciones avanzadas o reparar permisos. En caso de que todo falle, considera reiniciar el SMC (Controlador de gestión del sistema) o el NVRAM/PRAM, procesos que restablecen funciones
SISTEMA DE CARGA
Otra área crítica es el sistema de carga. Si el Mac no carga correctamente, se calienta durante la carga o muestra mensajes de advertencia sobre la fuente de energía, es posible que el cargador esté defectuoso o que haya un daño en el conector de carga. Usar cargadores no originales puede agravar este tipo de fallas.
Si experimentas fallos en el sistema de carga de tu Mac, es importante primero comprobar el estado del cargador y el cable. Asegúrate de que no haya daños visibles en el cable o en el adaptador de corriente. A veces, un conector sucio o un cable dañado pueden ser la causa del problema. Si es posible, prueba con otro cargador compatible para verificar si el problema persiste. También revisa el puerto de carga para asegurarte de que no esté obstruido por polvo o suciedad, lo cual podría afectar la conexión.
Otra posible solución es restablecer el SMC (Controlador de Gestión del Sistema), que se encarga de la administración de la energía. Dependiendo del modelo de Mac, el proceso puede variar, pero generalmente implica apagar el dispositivo, desconectar todos los cables y mantener presionadas ciertas teclas durante unos segundos. Al restablecer el SMC, es posible que se solucione cualquier fallo relacionado con la energía, incluida la carga del dispositivo.
Si después de realizar estas comprobaciones el problema persiste, es recomendable verificar las actualizaciones del sistema operativo. A veces, un fallo en el software puede interferir con la carga, y las actualizaciones pueden corregir estos errores. Si no se resuelve con estos pasos, lo mejor es ponerse en contacto con el soporte técnico de Apple o visitar un servicio autorizado para realizar una revisión más detallada del hardware.
SENSORES INTERNOS
Los sensores internos del Mac, que regulan temperatura, luz y movimiento, también pueden fallar. Esto se manifiesta en un brillo inadecuado de la pantalla, bloqueos del equipo al moverlo o respuestas incorrectas del sistema. Aunque no suelen ser problemas graves, pueden afectar la experiencia del usuario si no se corrigen.
Las fallas en los sensores internos de un Mac pueden ser un desafío, pero no son imposibles de resolver. Lo primero que se debe hacer es reiniciar el dispositivo, ya que a veces los problemas de sensores pueden ser causados por fallos temporales en el sistema operativo o en los procesos internos. Reiniciar el Mac puede restaurar la comunicación entre los sensores y los componentes del sistema, lo que puede resolver problemas menores. Si el reinicio no soluciona el problema, es recomendable verificar si hay actualizaciones del sistema operativo disponibles. Apple suele lanzar parches que corrigen errores relacionados con hardware y software, lo que puede ayudar a restaurar el funcionamiento adecuado de los sensores.
Si el problema persiste después de intentar estos pasos, una opción es reiniciar el sistema de gestión de la energía (SMC, por sus siglas en inglés) y la memoria de acceso aleatorio (NVRAM). Estas dos acciones pueden ayudar a resolver problemas relacionados con el control de la energía, los sensores de temperatura y otros componentes internos. Para restablecer el SMC, se debe apagar el Mac, desconectar todos los dispositivos y mantener presionadas ciertas teclas del teclado, dependiendo del modelo de Mac. El restablecimiento de la NVRAM también implica una secuencia de teclas al encender el equipo. Ambos métodos pueden mejorar la comunicación entre los sensores internos y el sistema.
Si después de todos estos intentos el problema sigue sin resolverse, lo ideal es llevar el Mac a un centro de servicio autorizado por Apple. Las fallas persistentes en los sensores internos podrían estar relacionadas con un defecto de hardware que solo un profesional puede diagnosticar y reparar correctamente. Asegúrate de llevar tu dispositivo con todos los detalles posibles sobre los síntomas, para que el personal técnico pueda identificar la causa de la falla con mayor rapidez.
En todos los casos, la identificación temprana del problema es clave. Las herramientas integradas en macOS, como Apple Diagnostics, y el uso de servicios técnicos certificados son fundamentales para detectar y solucionar fallas de hardware de manera eficaz. Tener una copia de seguridad actualizada y prestar atención a los signos inusuales que presenta el equipo pueden marcar la diferencia entre una reparación simple y una pérdida costosa.